martes, 20 de julio de 2010

Nunca te dije que te echo de menos


Me cuesta no verte. No tocarte, ni hablar contigo. Me enferma no saber cómo estás. Se me acelera el pulso y siento vértigo cuando suena el teléfono; pero todo se convierte en decepción cuando no veo reflejado tu nombre en la pantalla. Me duele la lejanía, la incertidumbre, y la desidia en la que vivo las tardes de domingo. Y cuando miro por la ventana, me cuesta no imaginarte a mi lado, sonriendo. Siempre sospeché que tu presencia me completaba. Ahora lo sé, porque tu ausencia se me hace insoportable. Sin ti, estoy perdido, desorientado. Y siento rabia, porque no puedo cambiar nada de esto.

2 comentarios:

  1. Segundo post en el mismo mes, les estás cogiendo el gustito ¿eh?

    Yendo a lo importante, un post precioso. Una reflexión un tanto agridulce. Una incógnita en el lector.

    Un abrazo persistente.

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  2. Si nunca se lo dijiste, ya lo has hecho (ahora lo suyo sería que lo haya leído jeje). Tu "nunca te dije que te echo de menos" es para quitarse el sombrero y aplaudirte muchacho!!

    Un abrazo apretao!

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