martes, 20 de julio de 2010

Nunca te dije que te echo de menos


Me cuesta no verte. No tocarte, ni hablar contigo. Me enferma no saber cómo estás. Se me acelera el pulso y siento vértigo cuando suena el teléfono; pero todo se convierte en decepción cuando no veo reflejado tu nombre en la pantalla. Me duele la lejanía, la incertidumbre, y la desidia en la que vivo las tardes de domingo. Y cuando miro por la ventana, me cuesta no imaginarte a mi lado, sonriendo. Siempre sospeché que tu presencia me completaba. Ahora lo sé, porque tu ausencia se me hace insoportable. Sin ti, estoy perdido, desorientado. Y siento rabia, porque no puedo cambiar nada de esto.

viernes, 2 de julio de 2010

Nunca te dije que odio ser segundo



No soy celoso. No tiene nada que ver con eso. Pero siento que estoy condenado a perder siempre por culpa de los demás. Y también por culpa tuya, que quieres hacerlos felices y te olvidas de mí. ¿Por qué no te preocupas más de ti misma? Así, probablemente, me tendrías más en cuenta.

No me gusta ser segundo. No me gusta pensar que no te preocupas por mí. Es una situación que me jode.