jueves, 14 de octubre de 2010

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- Andrés, eres un hijo de puta -me gritó Elisa, en una mezcla de rabia e impotencia.

Era nochebuena. Mi suegra estaba en la cocina, terminando de preparar la cena. Elisa y yo nos habíamos adelantado a poner la mesa. Esperábamos también a los niños, que estaban correteando por el pasillo. Antes de que llegasen, miré a Elisa a los ojos y le confesé la verdad:

- Llevo meses acostándome con tu hermana. El hijo que espera es mío.

No resultó difícil ser sincero. Pero ella no estaba preparada para oír aquello.

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