viernes, 2 de septiembre de 2011

Nunca te dije que atravesamos fronteras (II)

Durante el embarque me dedico a mirar al resto de pasajeros. Hoy la mayoría de ellos parecen asqueados. Lo delatan sus ojos tristes, cansados de bregar con su día a día. Supongo que muchos podrían ser felices si supiesen cómo hacerlo. Los gurús que escriben en las revistas de los aeropuertos afirman que para ser feliz  solo basta con pretenderlo. Yo no les creo. Sé que la mayoría de los expertos mienten. Al final todo es cuestión de azar.

El azar cimienta el deseo y precipita la caída de imperios. Es así de sencillo. Muchas veces no puede seguirse una secuencia lógica para argumentar lo que acontece. Ocurren cosas inexplicables. Pero son cosas que están ahí. Que estarán siempre.

En esas cosas que acontecen por azar descubres la felicidad.

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