sábado, 4 de febrero de 2012

Madrugadas en blanco

La mano que viaja entre las sábanas es mi mano, que bucea hasta abrupto pijama. Mi mano, que atraviesa sin prisa la lycra. Una lycra que apacigua mis ganas. Pero no calma el deseo que habita en mi alma... La mano que atrapa el tormento es mi mano, que acaricia por el fin el deseo. El deseo que crece con ganas...

... Y mi mente imagina que eres tú quien me toca. Proyectando tu mano en mi mano... 

... Y es tu boca, que explora mi cuerpo. Tus dedos, que rozan mis labios. Tu mano, que agarra con fuerza mi sexo. Tu pelo que cae por tus hombros. Mi lengua, que toca tus pechos. Mi mano que sube y que baja. Mi sexo que crece y no para. Mi mente imagina tu cuerpo. Tu mano me agarra con fuerza. Tu cara me mira perversa. Tus dientes se muerden los labios. Mi mano se aferra a tus senos. Tus ojos me dicen que siga. Mi mano recorre tu cuerpo. Mi mano acaricia tu sexo. Más fuerte, más fuerte, me gritas. Ordeno y prosigo sin pausa. Tu boca que ahuyenta un rugido. El aire que atrapa el sonido. Tu mano, me agarra y no para...

... Así son todas mis madrugadas. Repletas de sexo y deseo. Repletas de versos que anhelo. Mi mano: mojada en tu orgasmo. Tu mano: cubierta de blanco. 

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