sábado, 24 de septiembre de 2011

Nunca te dije que empeoraba las cosas

- Tengo una pregunta para ti, Susana.
- Dime
- ¿Esto va a durar mucho?
- ¿Qué es esto?
- Esto: el hecho de que me ignores y me hagas sentir una mierda.
- ¿Se puede saber qué mosca te ha picado, Javier? -pregunta, haciéndose la sorprendida.
- Sabes perfectamente de qué hablo, Susana. Hablo de ti y de mi...
- ¿De ti y de mí? Cállate, por favor. Si continúas hablando lo vas a joder todo.
- No hay nada que joder. Tú y yo vamos por caminos distintos, siempre hemos ido por caminos distintos... -le digo, solo por el placer de hacerle daño- Creo que jamás hemos caminado juntos hacia un lugar común.
- No sé de qué hablas, Javier -me dice. Y su voz entremezcla la rabia y la impotencia- Pero estás siendo muy injusto conmigo...

Hay un instante de silencio, que me exaspera. No soporto estar a su lado sin decir nada. Siento que nos separa algo más que la ausencia de sonido. Siento que nos separa el cosmos, el infinito vacío de nuestro corazón. Pero odio tener que romper yo siempre esos silencios. Es como si el vencido tuviese que asumir la dolorosa derrota. Por eso me enorgullece que esta vez sea ella quien hable:
- No entiendo a qué viene ahora toda esta conversación, Javier. De veras que no lo entiendo.
- ¡Eres una zorra! -le grito, perdiendo los nervios. Y pienso que si quisiera hacerle daño, podría mencionarle los recuerdos que atesoro. Podría hablarle de tantas cosas que al final todo carecería de sentido. En el fondo, ella lleva razón. No merece que la trate así. Porque nadie merece ser tratado así. Y yo no puedo dañar a quien ha sido importante en mi vida- Antes sentía que te importaba algo, Susana. Ahora, solo me haces sentir impotente. Como si fuese una mierda en tu vida.
- ¡Pues que te den por culo a ti y a tu puta impotencia, Javier!  -me dice, con rabia, como si estuviese a punto de llorar. Ella también tira balones fuera, pero yo siempre he sido torpe para leer entre líneas y siempre he interpretado mal las cosas. Es un puto defecto que al final lo joderá todo- No eres una mierda en mi vida, así que cállate por favor. Con todo eso que dices lo estás empeorando todo...
- ¿Qué estoy empeorando, Susana?
- Todo, Javier. Todo.

Mi mente prepara mi defensa. Mi boca está a punto de pronunciar las primeras palabras, pero decido callar. Y pienso en mis silencios. En sus silencios. Pienso en sus mentiras. En el dolor que me causa haberme enamorado de sus defectos. Y pienso todo lo que he ocultado. En el mundo que he construido inútilmente para evitar todo se desmorone.  Ya es tarde. Ahora, cada uno observa la realidad desde un punto de vista distinto. Y yo debería reservarme mi punto de pista para no empeorar las cosas. Porque siento que puedo ser feliz si logro permanecer a su lado y compartir su felicidad.

1 comentario: