domingo, 20 de noviembre de 2011

Baño de espuma

Combinando el atrevimiento y la prudencia mi pie derecho atraviesa la espuma que cubre la superficie de la bañera. El agua está muy caliente. Como a mí me gusta. La temperatura es agradable aquí dentro. Esta mañana vino el técnico a arreglar la caldera. En la calle hace mucho frío. Un frío húmedo, insoportable. He llegado a casa sintiendo mis huesos helados. Mientras salía del autobús pensaba que mi huesos podrían romperse si no llegaba a tiempo a casa. Y al cruzar el umbral de la puerta he pensado en tu abrazo. Si estuviese conmigo todo sería distinto. Creo que nuestras vidas serían mejores. No habría días grises ni silencios ausentes. No habría dudas ni miedos. Pero tú no estás aquí ahora. Solo tengo mi baño de espuma, que poco a poco seduce a mi cuerpo. Un cuerpo helado que poco a poco va cayendo en la tentación. Primero el pie izquierdo acude al rescate del derecho. Luego me siento en la bañera y estiro las piernas. Siento el embrujo del calor y me sumerjo por completo en el agua. La temperatura sigue siendo alta pero mi cuerpo va acostumbrándose. El agua caliente me anestesia. Me relaja. Baja mis pulsaciones. En ella hundo la cabeza. Estoy completamente rodeado de silencio. Mi mente se queda en blanco. Aguanto la respiración todo lo que puedo. Y después salgo a la superficie. Suena música de fondo. El vaho ha cubierto el espejo del baño. Cuando salga de la bañera, escribiré tu nombre y el mío. Y pondré un corazón en el medio. Jugaré a quererte como cuando éramos pequeños, como cuando todo era más sencillo. Como cuando se ama por primera vez. Entonces se cree que puede lograrse cualquier cosa… 

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