Me tienes que querer como soy: despistado, impulsivo, con cosquillas, dubitativo, impreciso, inquieto, ligeramente aventurero,
casero, bromista, buen lector (con dificultades para entender la poesía),
detallista, un poco vago, sensible, soberbio, vergonzoso, incapaz para
expresarme con corrección, pacífico, tierno, impuntual, cabezota, torpe, de
ritmos musicales lentos, egoísta, divertido, con una chispa de locura,
embaucador, trabajador, sacrificado, pausado, reflexivo, amante, perfeccionista, exigente, de regalos
sencillos, autocomplaciente, sincero, muy pasional, friolero, enemigo de la
fiesta, paciente (impaciente en la espera), amante del deporte (poco
deportista), escritor aficionado, familiar, capaz de perdonar (y olvidar), sin problemas para pedir perdón, miedoso, contemplativo, ligeramente pasota, buen consejero, charlatán, extrovertido, chistoso, amante de los
abrazos, internauta, aficionado al cine, amigo, de comidas sencillas…
Y mi pregunta es: ¿me quieres así? Porque eso, y mi amor por ti, es lo único que yo puedo
ofrecerte.
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