Es cerca de la 1 de la madrugada. No me apetece hablar de lo que ha sucedido. Me gustaría dormir y conciliar el sueño con facilidad. A veces pido imposibles. Como que estuvieses ahora a mi lado. Para acurrucarnos y darnos calor. Para mirarnos a los ojos y descubrir en ellos la verdad. Ahora ellos tendrían el protagonismo. Las palabras ya fueron dichas. Y no se guardaron en nuestro interior. No se quedaron corroyendo nuestras entrañas. Salieron, haciéndonos daño. Pero están fuera. Y no sé si hablar y no callar es lo correcto... Una vez me dijeron, que nunca hay que acostarse guardándose algo...
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