miércoles, 11 de enero de 2012

Cosas (o todo lo contrario)

Hay cosas que uno tiene. Hay cosas que uno quiere. Hay cosas que uno desea. Y hay otras cosas que uno, simplemente, encuentra. 

Se es feliz cuando se encuentra lo que se quiere. Cuando se quiere lo que se tiene. O cuando se desea lo que, fortuitamente, se encuentra. Produce miedo, por contra, tener que buscar lo que se quiere. Porque uno no siempre sabe hacia dónde dirigir sus pasos. Y porque produce rabia no encontrar lo que se desea. Como también produce frustración acabar teniendo lo que no se quiere, o no querer lo que al final se encuentre. 

Yo he tenido cosas que no he querido. He deseado cosas que no podré tener jamás. Y he encontrado cosas que no he buscado ni perseguido. Algunas de esas cosas que han llegado a mi vida de forma fortuita me han hecho tremendamente infeliz. La mayoría corresponden a erráticas vidas en mi entorno que me afectan, así como a gestos de personas que, de modo inconsciente, terminan haciéndome sentir torpe e insignificante con sus acciones. Pero existen también otras muchas circunstancias positivas en mi día a día, como existen personas que se cruzan en mi camino y confiesan encontrar en mí lo que desean. Esas personas afirman que conmigo en sus vidas tienen lo que quieren. Y esas palabras me destruyen por dentro porque no estoy aleccionado para reaccionar a declaraciones de ese tipo. 

Después de casi treinta años, no sé en qué consiste la vida. Quizás tener, querer, desear y encontrar sean verbos que no pueden conjugarse conjuntamente. O quizás  son perfectamente compatibles y la estabilidad consista en tener lo que se quiere, querer lo que se tiene y desear lo se que encuentra. Quizás yo tenga que aprender a no desear nunca nada más. Y quizás tenga que aprender a no esperar nada de nadie. Sí. Quizás deba enfocar mis esfuerzos en querer lo que ya tengo y disfrutar de lo que encuentre. Sin desear nada más que seguir siendo aquello que soy. Sin aspirar a grandes conquistas ni enarbolar banderas de ningún tipo. Quizás la felicidad trate de eso. O quizás trate de todo lo contrario.

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