viernes, 17 de febrero de 2012

Hasta que llegue el verano...

El viento llega helado, se cala entre los huesos y nos invade por dentro en este invierno cruel. Pero casi todos los días sale el sol. Y si sabes resguardarte detrás de los muros de la ciudad, podrás disfrutar de ese otro día, más cálido y placentero, mientras caminas por una acera e intercambias confesiones al otro lado del teléfono. El viento es gélido y displicente, la tormenta no tiene nombre, pero te abrazas al aire y dejas que te arrastre por fin. Te mueves desde algo llamado vacío hacia algo llamado indefinición. Y en el camino que dejas tras de ti hay ciertas certezas que te impulsan a seguir caminando... Golpe a golpe, verso a verso. Hasta que llegue el verano y con él se abra otro camino. Iniciado en el calor de un  sutil e ilusionado abrazo.

1 comentario:

  1. Sólo caminando se deja atrás el pasado, y a veces el camino suele ser bastante incierto... Pero si el sol calienta y la compañía es amena, todo es más llevadero ;)

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